Lo mejor que puedo hacer por la igualdad y la diversidad es ir directamente a un juzgado y denunciar los abusos cometidos por los superiores en la función pública. Me refiero a la discriminación por sexo, a los delitos cometidos contra la integridad física y moral por la discriminación en cuanto a la ocupación de un puesto de trabajo, designado para mí, y todas las amenazas para no dar parte a la autoridad laboral de los incumplimientos en materia de prevención de riesgos laborales.
Si todas las amenazas y mentiras que se vierten por los superiores fueran denunciadas a tiempo, los trabajadores de la función pública nos veríamos mucho mejor protegidos y a salvo de todas las barbaridades en materia de prevención de riesgos laborales que se comenten.
Los prejuicios, tanto por los gerentes de la administración pública, como por los propios familiares y médicos que te atienden, deben de ser juzgados en juzgados de lo penal, por las lesiones producidas y todo lo que hay en contra de los trabajadores, por su propia condición de trabajadores y mucho más si eres mujer. Al final, la dilación, ¿en qué consiste? En que los culpables tengan mucho más fácil no pagar indemnizaciones y no ir a la cárcelo, como hacen siempre cuando se ha producido corrupción. Esto es así en la Junta de Andalucía, durante todos los años de gobierno socialista.
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